Definición y recorte del tema
Para el trabajo a realizar, mi intensión es indagar acerca de la expresión de la IDENTIDAD de la persona (individuo), dentro de la sociedad. Me refiero al hecho de sacar a la superficie elementos privados del pensamiento de cada uno y dejarlos expuestos al mundo. El recorte que se me ocurrió hacer, tiene que ver con la acción de TATUARSE.
Personalmente, amo los tatuajes; tengo una especie de obsesión por los tattoos de las personas. Hace unas semanas me hice el que creo que va a ser el primero de varios y se me ocurrió trabajar con esto, ya que es un tema que me apasiona y que me parece que está muy bueno audiovisualmente hablando.
Me fascina como una práctica que data de tiempos neolíticos, y se han encontrado incluso en una momia del siglo II d.C, se haya perpetuado a través de los siglos, llegando a ser la práctica social que hoy significa. Es una vía de expresión tan personal y al mismo tiempo tan expuesta hacia el resto de la sociedad, que me parece extremadamente inquietante.
Etimología y Terminología
Aunque la palabra tatuaje posiblemente proviene del samoano tátau, que significa marcar o golpear dos veces (en referencia al método tradicional de aplicar los diseños o plantillas), se incorpora al español a través del francés, tatouage. Los marineros que viajaban por el Pacífico encontraron a los samoanos, y quienes quedaron fascinados por sus tatuajes equivocadamente tradujeron la palabra tatau como tatuaje.
En japonés, la palabra usada para los diseños tradicionales o aquellos diseños que son aplicados usando métodos tradicionales es irezumi (inserción de tinta), mientras que tattoo se usa para diseños de origen no japonés.
En español, los entusiastas del tatuaje pueden referirse a ellos como tattoos, o usan el término castellanizado tatu, aunque ninguno de estos dos está todavía recogido en el Diccionario de la Real Academia Española.
Investigación
Técnicamente, un tatuaje es una modificación del color de la piel en el que se crea un dibujo, una figura o un texto con tinta, o con algún otro pigmento, bajo la epidermis de una persona. Lo controversial, es definir qué significa tatuaje, desde un punto de vista simbólico; allí, creo que todas las diversas opiniones son válidas.

Investigando, encontré un fragmento que me llamó la atención: "Los tatuajes cumplen varias funciones dentro del pensamiento individual . Actúan en varias ocasiones como reparador de algún aspecto que se considera faltante en uno mismo. Puede servir para compensar situaciones de pérdida, ya sea de un ser querido o de ideales, o de aspiraciones no cumplidas. Puede ser un medio para regular tensiones internas y para expresar afectos y deseos de perdurabilidad".
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La relación entre la identidad y la acción de tatuarse queda en evidencia, en una investigación presentada por el doctor Rafael Salillas. Él, llevó a cabo un exhaustivo estudio sobre los tatuajes de los centros penitenciarios españoles, en relación con el ambiente marginal y de exclusión social de las poblaciones de dichas instituciones.
Reveló que las partes preferidas del cuerpo son los brazos, en primer lugar, y el torso en segundo lugar. Los motivos religiosos predominaban en presos por delitos de agresión personal y los motivos emocionales en presos por delitos de robo. Suele abundar la presencia de iniciales y ello tiene que ver con las relaciones sociales y la historia social personal de cada individuo.

Así, podemos ver cómo coinciden las elecciones de tatuajes, de personas que comparten determinadas características, identificables de ese grupo social; dejando al descubierto, las enunciaciones hechas con anterioridad.
Imaginación al Máximo
A la hora de elegir diseños, decidir tamaños y elementos, las personas que se tatúan no encuentran límites. Los dibujos llegan a ser tan exóticos que impresionan a quienes los ven y algunos hasta generan la típica reacción de: "En qué estaba pensando cuando se hizo eso?" .
Dragones, flores y diversos animales escapan de la mente de muchas personas y podemos verlos plasmados en la piel de miles de hombres y mujeres.

Un poco de Historia
Hace miles de años los hombres primitivos exhibían sus heridas de guerra como símbolo de valentía y, más tarde, otros, quizás menos valientes y más alardosos, se provocaban heridas para denotar cierto valor. Con el tiempo se procedió a la utilización de conchas marinas afiladas para los cortes y jugos de plantas para lograr algunos colores. Llegó el momento en que existían clanes o familias que eran identificados por los tatuajes que adornaban los cuerpos de sus integrantes.
Los lugares donde más se utilizaban estos dibujos eran las islas de la Polinesia, Borneo, Bali, Java, algunas tribus australianas y países asiáticos, destacándose China y Japón por las técnicas y los colores utilizados. En las tierras de Europa esta práctica no tuvo gran arraigo hasta bien entrado en siglo XX y en África sí fue utilizada como distintivo para ciertas tribus guerreras. En América del Norte se asoció el tatuaje con prácticas religiosas y mágicas, era un rito simbólico y una marca única que permitiría que el alma superara los obstáculos en su camino a la muerte. El tatuaje era una práctica común entre los nativos de América Central, los nativos tatuaban en sus cuerpos imágenes de dioses, aunque el arte de marcar la epidermis con tintas no tuvo gran auge como en la región de Oceanía y el Pacífico y no es hasta el mismo siglo XX que toma fuerza.
En Norteamérica, donde había existido desde siglos atrás, sólo tuvo eco masivo durante la Guerra Civil. Se dice que uno de los primeros tatuadores profesionales fue C.H.Fellows. Se considera que el primer estudio tatuajes fue el abierto en 1870 en Nueva York por el inmigrante alemán Martin Hildebrant,. Su mayor competencia fue Samuel O’ Reilly inventor de la máquina de tatuar en 1891, aunque esta máquina estaba inspirada en una maquinaria inventada por Thomas Edison.
El arte del tatuaje fue conocido por el “mundo civilizado” gracias a los relatos de exploradores y marinos. Banks, artista científico que navegó junto al Capitán Cook, describió en 1769 el proceso del tatuaje de la Polinesia. Los marineros de Cook iniciaron la tradición de los hombres de mar tatuados y extendieron rápidamente esta afición entre los marineros, quienes aprendieron el arte y lo practicaron a bordo.
Hacia finales del siglo XIX llegaron a tierras americanas muchos chinos coolíes y algunos traían tatuajes de gran arte en su piel. Otro medio de arribo a inicios del XX fueron los marineros que llegaban a las grandes ciudades portuarias con dibujos hechos en puertos del Pacífico y Asia. Durante la Primera Guerra Mundial el número de combatientes en tierras foráneas y de desplazados ascendió a cifras millonarias, con el consiguiente traslado de costumbres, culturas y tatuajes. Con la llegada de la segunda conflagración mundial muchos soldados americanos adornaban sus brazos con las insignias de sus respectivos regimientos y compañías y los fascistas alemanes e italianos por su parte numeraban a muchos prisioneros “alojados” en los campos de concentración.
A partir de la década de 50 los países desarrollados, dueños de los principales medios de comunicación masiva, comenzaron a identificar a las personas que lucían tatuajes con dos grandes grupos: eran guerreros y tipos duros o simples presos. Con el tiempo este falso paradigma tomó tanta fuerza que muchas personas pintaron sus cuerpos indiscriminadamente para aparentar su pertenencia al grupo de lo “tipos duros”, aunque corrían el riesgo de que la sociedad los identificara con los del otro grupo.
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