La serie Introspección Retrospectiva surgió como una necesidad de búsqueda interior, en la que planteaba que mi barrio (Alta Córdoba) era, para mí, el espacio de esta gran ciudad que más podía sentir como propio y como escenario de mi papel más auténtico de ciudadana. En su momento, supe explicar que, a pesar de que conocía bien este lugar y a muchas personas que han vivido aquí toda su vida, muchas veces me sentía una extraña. Pensé en lo diferente que estaba todo, pero al mismo tiempo, en cómo los espacios seguían produciendo en mí las mismas sensaciones. Fue allí cuando me planteé la idea de una especie de introspección retrospectiva, pero desde un reconocimiento de las vivencias pasadas y también de las presentes: de las que se dan conjuntamente y en el presente del propio acto introspectivo. Es decir, reconocer esos espacios o detalles de mi pasado (en mi espacio propio de esta gran ciudad), escondidos en los cambios del presente en el que me encontraba recordándolos.
Retomando este marco conceptual, es que he decidido trabajar en continuación con esta serie, sólo que en esta oportunidad presento un video de 02:44 minutos de duración. El concepto en sí, es el mismo; sólo he decidido hacer un recorte, si así puede llamarse, abocándome a mis vivencias pasadas en mi escenario como ciudadana (mi barrio), pero desde una retrospección que recupera recuerdos y sensaciones atrapados en mi niñez.
Las vanguardias fusionaron dos esferas que nunca antes se habían unido: arte-vida; abordan el abismo existente entre ellas y proponen fundamentos para su reunión. De esta misma manera, yo intento la comunión de mi obra con el despertar de la vida de un ciudadano; en este caso, mi niñez. Para ello, he decidido enfocarme en un espacio de la ciudad que ha cumplido el papel de escenario fundamental, en la cotidianeidad de mi infancia: la plaza de mi barrio.
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Esta vez, los procedimientos artísticos y búsquedas conceptuales y formales no corresponden a los del Impresionismo, sino que la base de mi obra serán los fundamentos de la considerada (cronológicamente) como la primera vanguardia: el Expresionismo Alemán. Al ser la mímesis sustituida por lo que se llama la deformación realista, la transfiguración de la realidad no supone la negación de la misma, sino que busca la expresión de su verdad sustancial, la cual no está en su apariencia externa (Apuntes sobre la historia del arte y su sistema, Gisela Di Marco. Pág.100).
Aunque la herencia figurativa es fuerte en este grupo, mi obra persigue la representación de la realidad interior y no la realidad objetiva. Por ello, a una aproximación imitativa de la realidad del espacio (en la plaza de mi barrio), se impone mi subjetividad como artista: mi sensibilidad en cuanto a los recuerdos que afloran, mi punto de vista y mi estado de ánimo frente a esta realidad que encierra mis sentimientos ocultos de la niñez.
Esta vanguardia propone al arte como escritura figurativa, donde yo como artista veo a mi propia obra como una escritura jeroglífica, en la cual la imagen es el signo expresivo de mi realidad vivida. Así es que presento un video que muestra el contrapunto de la convivencia de dos estados emocionales diferentes, en un mismo espacio: lo que vivo en la plaza y los recuerdos de lo que viví allí, que vienen a mí en ese momento en que se da la retrospección introspectiva. Personalmente, creo que se trata de no olvidar que, en el expresionismo, todo tiene valor simbólico: comunica y expresa algo en lugar de sólo representarlo.
Se dice que todo en el expresionismo es lenguaje; desde la línea distorsionada, al uso psicológico del color y el carácter emblemático de los motivos. Inspirada en ello, es que el video que presento muestra aquellas sensaciones olvidadas de mi pasada infancia, valiéndome de recursos formales expresionistas, que lo permiten. Algunos de estos elementos que componen mi estrategia conceptual, son:
- La utilización del color y las líneas de las imágenes como reflejo de pasiones infantiles: lo que vive mi “yo del presente” es visto en los colores y formas de la realidad colectiva de cualquiera que “ve” la plaza; pero los recuerdos y lo que causan en mí, son reflejados con una pequeña saturación de color y el efecto denominado grano de película, que permite cierta pérdida de “estructura” en los bordes de los motivos. He aquí esta utilización psicológica del color y las líneas, que se enunció anteriormente.
- Sólo se realizan tomas en cámara subjetiva, como una innegable referencia a esta subjetividad fundamental del movimiento expresionista, acentuando que se trata de mis propias sensaciones y puntos de vista. Inclusive los ángulos y visiones que se presentan en los juegos para trepar, hamacas e inclusive la vista al cielo, no dejan lugar a duda de que se trata de mi propia emocionalidad y punto de vista.
- Para el tratamiento del sonido, me propuse algo sencillo, en el sentido de que no utilicé efectos ni música. Decidí marcar el contrapunto pasado-presente que mencioné anteriormente, sobre la siguiente base: para el presente, al intentar representar lo que todos verían superficialmente en el espacio, establecí el empleo del propio sonido ambiente del momento; con los gritos y ruidos que realmente existieron al realizar la toma. Por otro lado, había pensado en utilizar una melodía suave para el momento de la retrospección, pero me di cuenta de que era mucho más rico el corte a silencio, como una posibilidad de que quienes estén viendo el video, puedan oír sus propios sonidos de la infancia y, de alguna manera, invitarlos a realizar su propia retrospección.
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